Mucho calor, ya desde primera hora, incluso antes de que ya estuviera el sol a la vista, con lo que cualquier cosa con pelo a esas horas probablemente estuviera ya refrescando en alguna zona más agradable, así que nada, un ciervo según iba subiendo con la moto pero al que, aunque le tiré cuatro fotos, no pude pillar.
De pluma sí, hay movimiento. Las Collalbas grises ya han llegado y ya están emparejadas por las zonas donde seguro prepararán su nido.
Después de la subida al collado de antes de la Xamoca me siento, y la verdad que el sitio está bien, a la sombra, cómodo y con respaldo, me tiro ahí en trance cerca de media hora, si no más y quizá por eso hoy pudiera haber sido el día en el que podría haber titulado "El día que casi me come un Buitre". Salió de la nada y se me posó a menos de 20 metros, está claro que no me había visto, hasta que me moví y le eché la foto y decidió que no era comestible, de momento.
Igual que él dos Acentores que se posaron entre las piernas saliendo de entre dos rocas, buen susto se llevaron, no llegaron casi ni a tocar suelo. Están muy activos toda la mañana y se ven grupetes de 4 o 5 individuos, igual ya la pollada del año. Entre ellos se me cuela una Curruca rabilarga.
Cambio de sitio a una zona en la que oigo a las Torcaces, pero ya adelanto que nada de ellas. Lo que sí, Petirrojo, Carbonero garrapinos y más Acéntor.
Bajando me meto de lleno en las propiedades de una pareja de Escribanos montesinos. Me siento y están muy, pero que muy, confiados.
Por la pista de vuelta a destacar un Colirrojo real. Más lo normal: Pinzones vulgares, Mirlo común y Arrendajo.
